La cantidad de inmunidad natural que obtiene una persona después de una infección varía de una persona a otra. La evidencia preliminar sugiere que la inmunidad natural podría tener un efecto no muy duradero, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC). Desarrollar inmunidad a partir de la vacuna tiene menor riesgo asociado que desarrollar inmunidad de forma natural, debido a que es más predecible determinar la gravedad de los síntomas a través de la inmunidad adquirida cuando recibimos la vacuna.
Cuando el 70% de la población haya recibido la vacuna o se haya infectado, lograremos lo que se llama “inmunidad colectiva”. Esto significa que las posibilidades de que el virus siga circulando serán finalmente muy bajas.